Producción de festivales: Errores comunes y cómo evitarlos

Producción de festivales: Errores comunes y cómo evitarlos

La producción de festivales es un reto precioso: mezcla emoción, público con ganas de pasarlo bien y muchísimas piezas que tienen que encajar. Puede ser un festival de música, gastronómico, cultural, familiar, de verano en un pueblo, en una finca o en un gran recinto. Y sí, también aplica si dentro del festival hay eventos deportivos, conciertos o shows. En todos los casos hay algo que se repite: la mayoría de problemas vienen de los mismos errores de siempre.

La buena noticia es que casi todos se pueden evitar con organización, sentido común y el apoyo adecuado. Aquí tienes los fallos más típicos que arruinan festivales (grandes o pequeños) y cómo solucionarlos sin complicarte.

Logística de eventos: pensar que “ya se irá resolviendo”

Este es el error número uno. Cuando se deja la logística para el final, el festival se vuelve incómodo para el público. Y si la gente está incómoda, no importa lo bueno que sea el cartel: la sensación general baja.

Errores frecuentes:

  • Entradas con colas eternas.
  • Señalización pequeña o confusa.
  • Zonas de comida o bebida mal ubicadas.
  • Falta de baños, sombra o puntos de agua.
  • Accesos de tráfico colapsados.

Cómo evitarlo:

Diseña el recorrido como si fueras un asistente. Llega, entra, se mueve, descansa, come, va al baño, vuelve a la actividad y sale. En cada punto, piensa qué puede atascarse y qué necesita la gente para estar a gusto.

En festivales medianos o grandes, contar con un equipo especializado en logística de eventos es clave. Ellos calculan flujos, accesos, aforos y planes alternativos para que nada te pille por sorpresa.

Subestimar el presupuesto real

Muchos festivales nacen con ilusión, pero se caen por números. Es normal: los costes invisibles son más de los que imaginas.

Lo que suele olvidarse:

  • Seguridad y control de accesos.
  • Limpieza durante y después.
  • Generadores, cableado extra, vallas, señalética.
  • Permisos, licencias y seguros.
  • Plan B por lluvia, viento o calor.
  • Horas extra de técnicos y staff.

Cómo evitarlo:

Haz un presupuesto por bloques y añade un margen de imprevistos. No es pesimismo: es realismo. El truco es priorizar: qué es imprescindible para la experiencia y qué es “bonito pero opcional”.

Un servicio de gestión integral de eventos ayuda muchísimo porque estructura el presupuesto desde el inicio y te dice dónde merece la pena invertir y dónde no.

Coordinación de eventos: demasiadas personas decidiendo a la vez

En un festival hay proveedores, equipo técnico, artistas, personal de barra, seguridad, responsables del recinto… Si no hay una cabeza clara, el caos aparece rápido.

Se nota en:

  • Montajes a destiempo.
  • Cambios que nadie comunica.
  • Proveedores que llegan tarde o se pisan entre sí.
  • Equipo agotado porque no sabe a quién consultar.

Cómo evitarlo:

Define un “director de orquesta” del festival. Una persona o equipo que coordine todo, tenga el cronograma, hable con proveedores y tome decisiones rápidas.

Si quieres vivir el festival sin estar apagando fuegos, lo más recomendable es apoyarte en profesionales de coordinación y dirección de eventos que lleven el control del día y resuelvan imprevistos por ti.

Improvisar la parte técnica

La técnica es el esqueleto del festival. Si falla el sonido, la luz o las pantallas, la experiencia se rompe aunque el contenido sea bueno.

Errores típicos:

  • Equipos justos para ahorrar.
  • Montaje sin tiempos reales.
  • No hacer pruebas completas antes de abrir puertas.
  • No tener técnicos de respaldo.
  • Escenarios o estructuras poco pensadas para el espacio.

Cómo evitarlo:

Planifica la producción técnica desde el principio. Define qué necesitas: sonido, iluminación, audiovisuales, escenarios, estructuras, efectos sencillos o grandes. Luego, reserva tiempo real para montaje y pruebas.

Aquí es donde un productor de eventos o un equipo de producción técnica marca la diferencia, porque diseñan, montan, operan y aseguran que todo funcione de forma fluida.

Olvidar la experiencia completa del público

A veces el organizador se centra tanto en “lo principal” que se olvida de lo que sucede entre medias. Y en un festival, el “entre medias” es gran parte del día.

Lo que suele fallar:

  • Pocas zonas de descanso o sombra.
  • Comida repetitiva o con colas interminables.
  • Falta de actividades secundarias.
  • Espacios sin ambiente cuando no hay show.

Cómo evitarlo:

Piensa en capas de experiencia:

  1. Actividad principal.
  2. Actividades paralelas.
  3. Zonas cómodas.
  4. Detalles visuales para fotos.
  5. Ritmo del día.

Eso es lo que diferencia un festival correcto de uno al que la gente quiere volver, como ocurre en grandes eventos culturales.

No revisar lo que pasó y repetir errores

Cuando el festival acaba, llega el alivio. Pero también el mejor momento para aprender.

Errores post-festival:

  • No medir gastos reales vs. presupuesto.
  • No recoger opiniones del público y del equipo.
  • No documentar qué funcionó.
  • No mantener proveedores de confianza.

Cómo evitarlo:

Haz un cierre simple: qué salió bien, qué mejorarías, qué no repetirías. Con cinco notas claras ya empiezas la próxima edición con ventaja. Si quieres crecer con nuevas ediciones y mejorar cada año, apóyate en un servicio de producción integral de eventos que además te ayude a evaluar resultados y optimizar el siguiente festival.

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