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Realizar una reforma de baño puede ser una oportunidad ideal para mejorar no solo el diseño, sino también la funcionalidad del espacio.
Una de las decisiones más comunes en este tipo de proyectos es la de cambiar la bañera por un plato de ducha. Esta transformación no es una moda pasajera, sino una elección práctica, segura y estética que cada vez más hogares deciden implementar.
1. Mayor accesibilidad y seguridad
Uno de los motivos principales por los que se opta por este cambio durante una reforma de baño es la mejora en la accesibilidad. Subir y bajar de una bañera puede ser complicado, especialmente para personas mayores, niños o personas con movilidad reducida.
Los platos de ducha, especialmente los de tipo extraplano, permiten una entrada cómoda, reduciendo al mínimo el riesgo de resbalones o caídas. Además, se pueden complementar con suelos antideslizantes, barras de apoyo y mamparas seguras que aportan mayor tranquilidad al usuario.
2. Ahorro de espacio
La sustitución de la bañera por un plato de ducha permite ganar espacio visual y real dentro del baño. Esto resulta especialmente ventajoso en baños pequeños o estrechos, donde cada centímetro cuenta.
Una reforma de baño bien planificada puede transformar por completo la sensación de amplitud, permitiendo incorporar otros elementos como muebles suspendidos, lavabos dobles o incluso zonas de almacenamiento extra.
3. Consumo de agua más eficiente
Las duchas, en general, permiten un uso más responsable del agua. Mientras que llenar una bañera puede consumir entre 150 y 200 litros, una ducha de unos 5-7 minutos puede gastar entre 50 y 70 litros.
Optar por una reforma de baño que incluya este cambio puede suponer un ahorro económico a largo plazo y una contribución directa al cuidado del medio ambiente.
4. Renovación estética inmediata
El cambio de bañera por ducha también implica un salto estético significativo. Los platos de ducha actuales vienen en una amplia variedad de materiales, texturas y colores, lo que permite adaptarlos al estilo del baño: moderno, rústico, industrial, minimalista…
Además, se pueden acompañar con mamparas de vidrio sin marcos, grifería empotrada o sistemas de ducha tipo lluvia, ofreciendo un aspecto mucho más sofisticado.
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5. Limpieza y mantenimiento más sencillo
Otra ventaja clave es la facilidad de limpieza. Las bañeras suelen tener rincones de difícil acceso, y la acumulación de cal o humedad puede ser constante. Por el contrario, los platos de ducha presentan superficies lisas y rectas, lo que facilita el mantenimiento diario.
Una reforma de baño bien ejecutada con materiales de calidad también puede incorporar tratamientos antibacterianos o antical, alargando la vida útil de los acabados y reduciendo el tiempo dedicado a la limpieza.
6. Revalorización de la vivienda
Este tipo de reformas tiene un efecto positivo en el valor de la vivienda. Un baño actualizado, accesible y eficiente es un factor clave para futuros compradores o inquilinos.
La modernización que aporta este cambio puede ser determinante en decisiones de compra o alquiler, convirtiéndose en una inversión rentable a medio y largo plazo.
7. ¿Cuándo es buen momento para hacer este cambio?
- Cuando el baño es antiguo o ha sufrido filtraciones.
- Si hay cambios en las necesidades familiares (personas mayores, bebés…).
- En el proceso de reforma integral del hogar.
- Cuando se busca ganar espacio o modernizar el estilo del baño.
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8. Conclusión
Cambiar la bañera por un plato de ducha es una de las decisiones más acertadas dentro de una reforma de baño. La combinación de seguridad, diseño, ahorro y practicidad convierte esta intervención en una mejora integral con múltiples beneficios.
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