Madre abrazando a su hijo en un momento emocional, representando la alta sensibilidad infantil y el acompañamiento con amor y comprensión.

Cómo saber si mi hijo es altamente sensible

¿Sientes que tu hijo lo vive todo “más fuerte”?

Hay niños que se emocionan con facilidad, se asustan más que otros o se sienten desbordados en lugares ruidosos. Si esto te suena familiar, es posible que estés conviviendo con un niño altamente sensible.

En este artículo te explicaré qué significa la alta sensibilidad en la infancia, cuáles son sus rasgos más comunes, cómo acompañar a tu hijo en el día a día y cuándo puede ayudarte la psicología infantil en Sevilla. Todo está escrito con palabras simples para que lo entiendas fácilmente.

Qué es un niño altamente sensible

Un niño altamente sensible (NAS) tiene un sistema nervioso más receptivo que la media. Esto hace que procese todo con mayor profundidad: lo que ve, lo que escucha, lo que siente y lo que vive.

No se trata de un problema ni de una enfermedad. Es un rasgo de personalidad que se da aproximadamente en 2 de cada 10 niños.

Un NAS puede tener una gran capacidad de empatía, creatividad y percepción. Pero también puede sentirse abrumado con más facilidad si no se le acompaña adecuadamente.

Rasgos de alta sensibilidad

Aquí tienes algunas señales que pueden indicar que tu hijo es altamente sensible:

  • Llora fácilmente o se emociona con profundidad
  • Tiene miedo a los ruidos fuertes o lugares con mucha gente
  • Percibe cambios de humor en los demás rápidamente
  • Se siente mal si lo critican, aunque sea de forma suave
  • Le afectan mucho los cambios de rutina
  • Se preocupa por el sufrimiento de otros (personas o animales)
  • Pregunta cosas profundas desde muy pequeño
  • Tiene una imaginación muy viva

Estos rasgos de alta sensibilidad suelen aparecer desde los primeros años. No todos los niños sensibles tienen los mismos síntomas, pero si reconoces varios, conviene observar con atención.

Emociones intensas en niños

Los niños altamente sensibles viven sus emociones de forma intensa. Esto puede ser bonito, pero también agotador para ellos y sus familias.

¿Cómo se manifiestan estas emociones?

  • Pueden pasar de la risa al llanto en pocos minutos
  • Les cuesta calmarse si algo les molesta o asusta
  • A veces reaccionan con rabietas intensas
  • Les cuesta adaptarse a nuevas personas o lugares
  • Se sienten muy culpables cuando hacen algo mal

Lo que para otros niños es algo normal, para ellos puede ser demasiado. Por eso es importante entender cómo viven sus emociones y no tomarlas como una exageración o “drama”.

Cómo acompañar a un niño sensible

Acompañar a un niño altamente sensible requiere más paciencia, empatía y comprensión. Aquí tienes algunas recomendaciones prácticas:

1. Valida sus emociones

Nunca minimices lo que siente. En lugar de decir “no es para tanto”, puedes decir:

  • “Entiendo que te moleste”
  • “Es normal sentirse así”
  • “Estoy aquí contigo”

2. Cuida su entorno

Evita entornos con demasiados estímulos (luces, ruidos, personas) cuando puedas. En casa, crea un espacio tranquilo donde pueda descansar o calmarse.

3. Establece rutinas claras

A los NAS les dan seguridad las rutinas. Saber lo que va a pasar les ayuda a sentirse más tranquilos.

4. Ayúdale a poner nombre a lo que siente

Hablar de emociones desde pequeño ayuda a que las comprenda y las gestione. Usa frases como:

  • “Estás enfadado porque querías seguir jugando”
  • “Te da miedo porque no lo conoces todavía”

5. Refuerza sus fortalezas

Un niño sensible puede ser muy cariñoso, creativo, cuidadoso y observador. Refuerza lo positivo cada día.

Qué evitar con un niño altamente sensible

Aunque no lo hagas con mala intención, hay actitudes que pueden afectar mucho a estos niños:

  • Gritarle o corregirlo en público
  • Burlarse de sus miedos o emociones
  • Obligarle a socializar cuando no quiere
  • Presionarlo para ser “más fuerte” o “más duro”

Estas situaciones pueden hacer que el niño se cierre, tenga más ansiedad o piense que hay algo malo en él.

Alta sensibilidad no es un diagnóstico

Es importante saber que la alta sensibilidad no es un trastorno ni un problema de salud mental. Es un rasgo de personalidad.

Sin embargo, si no se entiende ni se acompaña bien, puede generar:

  • Ansiedad
  • Baja autoestima
  • Aislamiento
  • Problemas escolares

Por eso, recibe una valoración profesional para saber si tu hijo necesita acompañamiento especializado.

Cuándo acudir al psicólogo

Puedes buscar apoyo profesional si notas que:

  • Tu hijo sufre mucho en el colegio o en casa
  • Tiene muchas rabietas y le cuesta calmarse
  • Llora con frecuencia o se aísla de los demás
  • Se queja de dolores físicos sin causa clara (barriga, cabeza)
  • Muestra ansiedad o inseguridad en su día a día

Un psicólogo infantil puede ayudarte a entender si tu hijo es altamente sensible y cómo ayudarlo a sentirse mejor.

También puede darte herramientas para gestionar los momentos difíciles y mejorar la convivencia familiar.

Cómo puede ayudar la psicología infantil

En consulta, el psicólogo:

  • Evalúa al niño con juegos y observación
  • Habla contigo para conocer la historia familiar
  • Trabaja con el niño sus emociones y autoestima
  • Te enseña cómo actuar en momentos difíciles
  • Propone rutinas y actividades adaptadas a su sensibilidad

El objetivo no es cambiar al niño, sino ayudarle a entenderse, aceptarse y adaptarse mejor al mundo que lo rodea.

Tener un niño altamente sensible es un regalo, aunque a veces cueste entenderlo. Su mundo interior es profundo, emocional y especial. Pero necesita un entorno que lo respete y lo acompañe con calma.

Si crees que tu hijo tiene rasgos de alta sensibilidad, observa sus emociones, su comportamiento y cómo responde al entorno. Y si tienes dudas, consulta con un profesional en psicología infantil en Sevilla.

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