Mujeres diversas practicando yoga en grupo en un entorno inclusivo y sereno que promueve la expresión corporal y el bienestar feminista.

¿Por qué el yoga feminista está ganando fuerza entre las mujeres?

El despertar del cuerpo como espacio político y consciente

Cada vez más mujeres encuentran en el yoga feminista una práctica liberadora que va más allá de lo físico. No se trata solo de estiramientos o equilibrio, sino de reconciliarse con el cuerpo, escuchar sus ritmos y validar sus necesidades.

Esta forma de yoga es profundamente consciente. Apuesta por la inclusión y el respeto, rechazando los modelos estéticos tradicionales que dominan el bienestar comercial. Aquí, la esterilla no es un lugar de corrección, sino de expresión y sanación.

Explora el yoga consciente con perspectiva feminista

El feminismo como aliado del movimiento corporal

El yoga feminista integra principios del feminismo interseccional. Esto significa que reconoce las múltiples realidades que atraviesan a las mujeres según su origen, cuerpo, identidad o clase social. Es un espacio donde no hay jerarquías ni cuerpos ideales.

Las clases están diseñadas para que todas las personas puedan participar, sin importar su experiencia previa. Se trabaja la respiración como una herramienta de empoderamiento y el cuerpo como territorio de autoconocimiento.

¿Qué hace diferente al yoga feminista?

Algunas características que lo distinguen:

  • Respeto por los ciclos corporales
    El cuerpo no se forza, se acompaña. Hay una escucha activa del dolor, el cansancio y la energía.
  • Lenguaje inclusivo y no binario
    El discurso de las clases cuida no reproducir estereotipos ni roles de género.
  • Rituales femeninos y espirituales
    Integración de elementos como fases lunares, tarot, o arquetipos femeninos desde una mirada espiritual.
  • Espacios seguros
    El entorno se diseña desde la empatía, sin competencia ni exigencias estéticas.
  • Prácticas adaptadas
    Posturas suaves o dinámicas, según la necesidad del grupo y del momento emocional.

¿Por qué más mujeres eligen este enfoque?

Este tipo de yoga responde a una necesidad urgente de reapropiación del cuerpo. Muchas mujeres llegan tras experiencias de trauma corporal, gordofobia, presión social o desconexión emocional.

Lo que encuentran en el yoga feminista es:

  • Un lugar donde ser sin juicio.
  • Un espacio para explorar su sexualidad, sensibilidad y emociones.
  • Una comunidad que valida sus experiencias.
  • Un camino de consciencia que también es colectivo.

Beneficios de una práctica con perspectiva feminista

Practicar yoga desde esta visión genera transformaciones profundas en cuerpo y mente. Algunos beneficios son:

Bienestar emocional

Reduce el estrés y la ansiedad al conectar con la respiración y el presente sin exigencias externas.

Fortalecimiento del autoestima

Al no compararse, se desarrolla una relación más compasiva con el cuerpo.

Conexión espiritual y cíclica

Permite explorar dimensiones energéticas, espirituales o simbólicas propias del arquetipo femenino o no binario.

Empoderamiento colectivo

Fomenta redes de apoyo, sororidad y reflexión crítica desde lo corporal.

¿Dónde encontrar espacios de yoga feminista?

Cada vez hay más estudios comprometidos con este enfoque, especialmente en ciudades grandes como Madrid. Morada Yoga, por ejemplo, es un espacio feminista, inclusivo y sostenible que ofrece clases para todos los cuerpos y experiencias.

Allí, el yoga se vive como una práctica consciente que reconoce lo político del cuerpo, lo espiritual del movimiento y la fuerza de lo colectivo.

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¿Qué tipo de clases suelen ofrecerse?

  • Yoga suave
    Ideal para reconectar con el cuerpo desde la calma.
  • Yoga dinámico
    Trabaja fuerza y energía desde el juego y la alineación.
  • Expresión corporal
    Clases que integran movimiento libre y respiración para explorar emociones.
  • Talleres temáticos
    Vinculados a fases lunares, feminismo, sexualidad, astrología, tarot, chakras, etc.

Testimonios que inspiran

Las mujeres que practican yoga feminista suelen coincidir en sus relatos:

“Por primera vez, sentí que podía moverme sin ser juzgada por mi cuerpo”.
“Me ayudó a dejar de pelear con mi imagen y empezar a cuidarme desde el amor”.
“Aquí me siento parte de algo más grande, un movimiento de transformación”.

Estas experiencias muestran cómo esta práctica no solo cambia cuerpos, sino también visiones de mundo.

¿Cómo iniciar en el yoga feminista?

Si sientes curiosidad por comenzar, lo más recomendable es buscar espacios seguros y facilitadorxs con enfoque inclusivo. Explora clases de prueba, consulta sus valores y escucha tu intuición.

Recuerda: no necesitas ser flexible, delgada ni tener experiencia. Solo ganas de habitar tu cuerpo de una nueva manera.

Descubre tu clase ideal y agenda tu primera práctica

El yoga feminista como revolución íntima y colectiva

El yoga feminista no es una moda. Es una respuesta política, emocional y espiritual a años de desconexión corporal. Es un puente entre el bienestar personal y el cambio colectivo. Por eso, más mujeres lo eligen, lo expanden y lo viven como un acto de libertad.

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