El yoga se ha convertido en una práctica imprescindible para muchas personas. Lo cierto es que sus beneficios son múltiples, tanto a nivel físico como mental. Existen diversas modalidades de yoga, cada una con sus características.
En este artículo te contamos todo sobre dos variedades: el yoga Iyengar y el yoga facial. Descubre cómo practicarlas correctamente y sacarles el máximo partido, bien sea que las realices en casa, o en una escuela de yoga experta.
Yoga Iyengar, aliada para tu cuerpo y mente
El yoga Iyengar es una de las ramas más populares del Hatha Yoga. Fue desarrollada por B.K.S Iyengar, un gran maestro que dedicó su vida a difundir los beneficios de esta práctica ancestral.
Iyengar pone especial énfasis en lograr la alineación correcta del cuerpo en las diferentes posturas. Para ello, se vale de elementos como bloques, correas, mantas y otros accesorios que ayudan a adoptar las asanas de manera precisa.
Al practicar Iyengar, se fortalece el cuerpo y aumenta la flexibilidad. Además, mejora el funcionamiento de los sistemas circulatorio, respiratorio, endocrino y digestivo. Por si fuera poco, reduce el estrés y aporta claridad mental.
Los 7 pilares del Yoga Iyengar
El yoga Iyengar es una de las variantes más populares del hatha yoga, que se distingue por su énfasis en alinear las posturas de forma precisa. Esto se logra combinando 7 elementos clave, que constituyen los pilares de esta práctica milenaria:
Alineación
Uno de los aspectos distintivos del yoga Iyengar es la búsqueda de la alineación perfecta en cada asana. Se presta minuciosa atención a la colocación de cada parte del cuerpo: la cabeza, el cuello, los hombros, la pelvis, las rodillas, etc.
Precisión
No se busca lograr la postura “perfecta” de modo inmediato o forzado. Lo que importa es desarrollar cada asana con precisión, investigando la técnica adecuada para nuestro cuerpo.
Secuencias progresivas
Las clases de Iyengar presentan secuencias de asanas que se van complejizando progresivamente, adaptándose al nivel de cada practicante. Así, las posturas se vuelven accesibles para personas de todas las edades y condiciones físicas.
Uso de accesorios
Ya mencionamos la utilidad de accesorios, y en el yoga Iyengar son imprescindibles, pues permiten ajustar las asanas y profundizarlas de acuerdo a tus necesidades específicas.
Gracias a ellos podrás adoptar posturas que de otro modo resultarían inaccesibles o provocarían lesiones. Úsalos sin miedo para explorar cada asana de manera óptima.
Atención plena
Se incentiva a los practicantes a concentrarse en las sensaciones que surgen al adoptar cada postura, sintiendo cómo el cuerpo se expande y fortalece.
Cultivar tu concentración durante la práctica te ayudará a conectar más profundamente con tu ser.
Respiración
La respiración juega un papel central. Se utilizan técnicas específicas de respiración para maximizar los beneficios de cada asana.
Por ejemplo, en las torsiones se exhala al girar desde el abdomen y se inhala al volver al centro. En las extensiones dorsales se inhala para arquear y exhalar para liberar. La respiración consciente es tan importante como la postura en sí.
Relajación
Toda buena práctica de yoga finaliza con una postura de relajación completa llamada savasana. En ella descansas tumbado boca arriba, liberando toda tensión física y mental.
Los maestros de Iyengar recomiendan practicar savasana durante 5-15 minutos después de cada sesión. Esta relajación final permite integrar los beneficios de las asanas realizadas previamente.
¿Cómo practicar Yoga Iyengar?
- Comienza con un breve calentamiento para preparar músculos y articulaciones.
- Adopta las posturas lentamente, sintiendo cómo el cuerpo se va acomodando. Evita rebotes.
- Usa los accesorios para conseguir la alineación idónea y no forzar las articulaciones.
- Mantén cada asana entre 30 segundos y 2 minutos. Respira profundo en todo momento.
- Finaliza con 5-10 minutos de relajación (savasana).
Practica esta rutina varias veces por semana para notar sus efectos positivos. ¡Verás como el yoga Iyengar se convierte en parte esencial de tu vida!
¿Qué es el yoga facial?
El yoga facial es una variante que trabaja específicamente los músculos del rostro. Sus ejercicios están pensados para relajar las tensiones, estimular la circulación e hidratar la piel en profundidad. ¡Una manera divertida de lucir un semblante más joven y radiante!
A diferencia del yoga tradicional, enfocado en el cuerpo, esta práctica se centra en ejercicios faciales. Algunos de sus beneficios son:
- Combate las arrugas y líneas de expresión.
- Ayuda a destensar la mandíbula y el cuello.
- Mejora la circulación sanguínea en cara y cuello.
- Aporta luminosidad al rostro.
- Refuerza los músculos faciales.
Consejos para practicar yoga facial
- Limpia e hidrata tu piel antes de empezar.
- Siéntate cómodamente en una silla o en el suelo, con la espalda recta y los hombros relajados.
- Adopta las expresiones de forma lenta y suave, sin forzar.
- Respira de forma relajada durante la práctica.
- No aprietes los dientes ni los labios.
- Mantén cada expresión facial entre 5 y 10 segundos.
- Finaliza con unos minutos de relajación, dejando el rostro en completa calma.
Si quieres practicar yoga Iyengar o yoga facial en Las Palmas, te invitamos a conocer Padma Yoga, un centro especializado en estas dos disciplinas, que te ofrece clases adaptadas a tu nivel y horario, con personal experimentado y certificado.
En Padma Yoga encontrarás un espacio acogedor y tranquilo, donde podrás desconectarte del estrés diario y conectar con tu verdadera esencia.